
Laura me contó una vez, que a los extranjeros se nos distingue porque llevamos siempre un morral enorme, usamos bicicleta, y tenemos un jugo exótico favorito. A mí me enamoró el lulo, pero he tenido muchos amores frutales en este año escaso: guanábana, pitaya, tomate de árbol, borojó... la lista no para de crecer. Colombia es exotismo, color, dulzura y amargura; descubrimiento, ofrenda de cosas hermosas paridas por la tierra.
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