Para ir a Río Claro sólo hacen falta 3 horas en bus desde Medellín, un fin de semana sin puente, y una linterna. Es curioso... lo difícil que nos resulta excusarnos de nuestra rutina para acercarnos a la belleza que nos rodea. En la cueva de los Guácharos, unos pájaros chillones y noctámbulos, uno se siente en el centro de la tierra más bonito imaginable. Las paredes son de mármol blanco, y el agua labra muescas, piscinas, toboganes en la oscuridad. Hacía tiempo que no me sentía tan pirata en la cueva del tesoro, tan aventurero abriendo camino por la selva, tan dichoso y tan niño.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Para ir a Río Claro sólo hacen falta 3 horas en bus desde Medellín, un fin de semana sin puente, y una linterna. Es curioso... lo difícil que nos resulta excusarnos de nuestra rutina para acercarnos a la belleza que nos rodea. En la cueva de los Guácharos, unos pájaros chillones y noctámbulos, uno se siente en el centro de la tierra más bonito imaginable. Las paredes son de mármol blanco, y el agua labra muescas, piscinas, toboganes en la oscuridad. Hacía tiempo que no me sentía tan pirata en la cueva del tesoro, tan aventurero abriendo camino por la selva, tan dichoso y tan niño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario